La hidratación desempeña un papel fundamental en la regulación de la temperatura corporal e influye en el ciclo sueño-vigilia, lo que repercute directamente en la calidad y la duración del sueño. Una hidratación adecuada facilita la regulación eficaz de la temperatura corporal al permitir la disipación del calor a través de la transpiración y la respiración. Este proceso termorregulador es esencial para mantener un entorno interno estable que propicie el inicio del sueño. Por el contrario, la deshidratación puede mermar la capacidad del organismo para regular la temperatura, lo que provoca malestar y dificultades para conciliar el sueño o alcanzar fases de sueño profundo.

¿Cuál es la relación entre el sueño y la hidratación?

La relación entre hidratación y sueño se extiende al ciclo sueño-vigilia, ya que la deshidratación puede alterar los ritmos naturales del organismo. La deshidratación se ha asociado a sensaciones de fatiga, cansancio y letargo, lo que dificulta mantenerse alerta durante el día y conciliar un sueño reparador por la noche. Los síntomas de la deshidratación, como la boca seca, los dolores de cabeza y los calambres musculares, pueden contribuir aún más a las alteraciones del sueño al provocar malestar y vigilia.

Las investigaciones subrayan la relación bidireccional entre el sueño y la hidratación. Un estudio en el que participaron más de 20.000 adultos estadounidenses y chinos descubrió que los individuos que declaraban dormir menos de seis horas por noche presentaban una mayor probabilidad de hidratación inadecuada, según indicaban las muestras de orina, en comparación con los que dormían ocho horas o más. Esto sugiere que la deshidratación no sólo puede afectar a la calidad del sueño, sino que dormir poco también puede aumentar el riesgo de deshidratarse.

¿Qué partes del cuerpo se ven afectadas?

La producción corporal de la hormona vasopresina ilustra el vínculo fisiológico entre el sueño y la hidratación. La vasopresina, que favorece la retención de agua en los riñones, se libera en mayor cantidad durante el ciclo de sueño tardío. Este mecanismo ayuda a prevenir la deshidratación durante el sueño al reducir la producción de orina y conservar el agua. Sin embargo, las interrupciones del sueño, sobre todo en las últimas fases, pueden interferir en la liberación de vasopresina y provocar deshidratación. Los estudios sugieren que el momento y la calidad del sueño son fundamentales para la regulación óptima del estado de hidratación.

¿Cómo puedo mantenerme hidratado sin pasarme la noche yendo al baño?

Para mitigar el impacto de la hidratación en el sueño, los expertos recomiendan mantener la hidratación a lo largo del día y adoptar un enfoque equilibrado de la ingesta de líquidos por la noche. Esto incluye evitar el consumo excesivo de diuréticos como la cafeína y el alcohol antes de acostarse, que pueden exacerbar la deshidratación e interrumpir el sueño. Establecer un entorno confortable para dormir y practicar una buena higiene del sueño también son cruciales para mejorar la calidad del sueño y prevenir los trastornos del sueño relacionados con la deshidratación .

La intrincada relación entre hidratación y sueño pone de relieve la importancia de adoptar estrategias integrales de hidratación y sueño para favorecer la salud y el bienestar generales. Para obtener información más detallada, puede consultar fuentes fiables como la Fundación del Sueño e investigaciones publicadas en revistas académicas.

He aquí un resumen de cómo dormir bien por la noche:

Estrategia

Descripción

Consejos de aplicación

Manténgase hidratado

Una hidratación adecuada es esencial para dormir bien, pero el momento oportuno y el equilibrio son la clave.

Asegúrese de estar hidratado durante todo el día, pero reduzca la ingesta antes de acostarse para evitar la nicturia. Toma un vaso pequeño de agua si te levantas con sed.

Mantenga un horario de sueño regular

Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días ayuda a regular el reloj interno del cuerpo.

Pon una alarma para acostarte y levantarte, incluso los fines de semana, para ayudar a reforzar el ciclo sueño-vigilia de tu cuerpo.

Cree un entorno tranquilo

Su dormitorio debe ser propicio para el sueño, es decir, silencioso, oscuro y fresco.

Utiliza cortinas opacas, tapones para los oídos o máquinas de ruido blanco. Mantén la habitación a una temperatura fresca y agradable.

Limite la exposición a la luz

La exposición a la luz por la noche puede interferir en la capacidad del cuerpo para conciliar el sueño.

Reduzca el tiempo de pantalla al menos una hora antes de acostarse. Utilice luces cálidas y tenues por la noche. Considere el uso de filtros de luz azul.

Haga ejercicio regularmente

La actividad física regular puede ayudarle a conciliar el sueño más rápidamente y a disfrutar de un sueño más profundo, pero el momento es importante.

Evite las actividades vigorosas cerca de la hora de acostarse. Opte por ejercicios relajantes como el yoga por la noche si necesita relajarse.

Cuide sus hábitos de comida y bebida

Las comidas copiosas y el consumo de cafeína y alcohol antes de acostarse pueden alterar el sueño.

Evite las comidas pesadas o copiosas un par de horas antes de acostarse. Reduzca al mínimo el consumo de cafeína y alcohol por la noche.

Controle el estrés

El estrés y las preocupaciones pueden dificultar el sueño.

Desarrolle una rutina relajante antes de acostarse. Considere técnicas como la lectura, la meditación o la respiración profunda para relajarse antes de acostarse.

Evalúe su entorno de sueño

La calidad del colchón y las almohadas, así como la disposición del dormitorio, pueden influir en la calidad del sueño.

Asegúrese de que el colchón y las almohadas sean cómodos y le ofrezcan apoyo. La distribución de la habitación debe favorecer un ambiente de descanso.

Limite las siestas diurnas

Las siestas largas pueden interferir en el sueño nocturno, sobre todo si padece insomnio o tiene un sueño de mala calidad.

Limite las siestas a 20-30 minutos a primera hora del día. Si las siestas afectan a su sueño nocturno, considere la posibilidad de eliminarlas.

Busque ayuda profesional cuando la necesite

Si ha probado varias estrategias y sigue teniendo problemas para dormir, puede que haya llegado el momento de consultar a un profesional sanitario.

Lleve un diario del sueño y llévelo a la consulta para ayudar al médico a entender sus problemas de sueño.

 

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Fuentes:

https://www.sleepfoundation.org/nutrition/hydration-and-sleep
https://sleepopolis.com/education/hydration-and-sleep/ 

Imagen:

Fotografía de Andrea Piacquadio: https://www.pexels.com/photo/close-up-photography-of-woman-sleeping-914910/ 

Steven Corbett