En un mundo en el que la comodidad suele primar sobre la sostenibilidad, el agua embotellada en plástico se ha convertido en un elemento básico en muchos hogares y oficinas. Sin embargo, esta comodidad tiene un coste importante, no sólo para el medio ambiente, sino también para nuestros bolsillos. Si decidimos no comprar agua embotellada, podemos obtener importantes beneficios económicos.

Por término medio, una botella de agua cuesta alrededor de 1,50 £, lo que puede no parecer mucho. Sin embargo, para alguien que consume una botella diaria, el gasto anual ronda los 550 £. En cambio, el agua del grifo cuesta apenas 1 penique por litro. Si tenemos en cuenta el consumo medio de 58 litros por persona y año, el coste anual de beber agua del grifo es inferior a una moneda de una libra. Si extrapolamos
este ahorro en cinco años, la cantidad ahorrada podría ascender a miles de euros. Este dinero podría reorientarse hacia el ahorro, las inversiones o incluso el pago de deudas, contribuyendo significativamente a la salud financiera de cada uno.

Una alternativa más económica y respetuosa con el medio ambiente es utilizar filtros de agua y botellas reutilizables. La inversión inicial en un filtro de agua de buena calidad y una botella duradera puede oscilar entre 30 y 100 libras, pero puede durar años. Comparado con el coste anual del agua embotellada, el ahorro es evidente en pocos meses.

La decisión de dejar de comprar agua embotellada de plástico no sólo es responsable con el medio ambiente, sino también prudente desde el punto de vista económico. El ahorro obtenido con este sencillo cambio de estilo de vida puede ser considerable, sobre todo si se calcula a lo largo de varios años.

Empieza por invertir en una botella de agua reutilizable y un filtro de agua. Lleve la cuenta de lo que gasta en agua embotellada durante un mes y compárelo con lo que gasta después de cambiar a la alternativa. Puede que los resultados te convenzan para hacer el cambio definitivo.